domingo, 27 de mayo de 2012

¿qué es lo que pasa con el dólar?


Para comprender la problemática del dólar en la Argentina es necesario relacionar este tema con el papel fundamental que juega la balanza de pagos en nuestro país.En efecto, lo acuciante del problema radica en que en una economía abierta como la Argentina, los dólares disponibles son necesarios para la compra de importaciones que sostienen la expansión económica.

Tarde o temprano, luego de un período contínuo de expansión, al crecer la cantidad de importaciones que abastecen el crecimiento de la demanda interna, se termina verificando un problema de carencia de dólares, problema que tiene un carácter estructural en toda economía que no imprima la divisa que se utiliza para el intercambio internacional (en este caso el dólar, y los EEUU).

Este problema se conoce dentro del análisis económico como “restricción externa”, y ha sido permanente y recurrente en todos los períodos históricos de nuestro país.

La “restricción externa” es el principal obstáculo al crecimiento económico sostenido, dado que, pasado cierto tiempo, la demanda de bienes importados supera a las posibilidades de oferta de los bienes producidos localmente. Esto sucede básicamente porque existe todavía una fuerte dependencia del superávit comercial en torno a la evolución de la producción de base primaria, como es el caso del agro, donde, a pesar de aumentar la productividad a través de innovaciones tecnológicas, existe una frontera agropecuaria que opera como límite virtual a la expansión de las explotaciones). De ahí que, en economías basadas en la exportación de bienes primarios y manufacturas de origen agropecuario como la Argentina, resulte necesario continuar expandiendo las exportaciones hacia los bienes de origen industrial, ya que en este sector no existen limitaciones físicas para la expansión de la oferta.

Para darle más complejidad al tema, debemos señalar que la presión por los dólares no proviene sólo de las limitaciones de la oferta de bienes primarios argentinos. Otro de los focos de presión provienen del lado de la “demanda interna”, es decir, del hecho de que las importaciones presentan una elevada “elasticidad” ingreso.

¿Qué quiere decir “elasticidad ingreso”? En términos lo más sencillos posibles, significa que la demanda de importaciones responde fuertemente a modificaciones en el ingreso (salarios) de los argentinos. Si hay una fuerte baja en el ingreso, eso repercutirá también de forma pronunciada en una baja de las importaciones demandadas. Por otro lado, con cada incremento salarial, la cantidad de importaciones demandadas responderá también con una suba. Según la definición de un diccionario de conceptos económicos: “Ante un aumento del ingreso de los consumidores, usualmente éstos aumentan su cantidad consumida, y viceversa. La elasticidad ingreso de la demanda mide la proporción del aumento en el consumo de un producto ante un cambio proporcional en el ingreso”[1].

Para volver al primer punto señalado, sobre las limitaciones de la oferta de bienes primarios nacionales y su exportación, debemos señalar que, conciente de esto, el Gobierno nacional ha venido estimulando de forma creciente la exportación de bienes de origen industrial, donde no existen limitaciones de tipo físico (puesto que la producción fabril puede incrementarse en tamaño y complejidad de forma contínua), como es el caso de la producción agrícola, donde la dotación de tierras, luego de superado cierto límite, es fija.

Este proceso de expansión de las exportaciones de origen industrial tomó auge nuevamente, luego de casi 30 años de interrupción, a partir del año 2003 con la implementación de un tipo de cambio real alto y competitivo (luego de una fuerte devaluación, que significó, vale mencionarlo, una transferencia importante de ingresos desde los asalariados hacia los sectores exportadores) y ha sido sostenido durante todos estos años, como puede verse en los siguientes datos.

- Crecimiento de las exportaciones según rubro
2003
2011
Crecimiento Acumulado
Productos primarios
21,60%
24,10%
214,40%
MO Agropecuario
33,40%
33,60%
182,70%
MO Industrial
26,90%
34,70%
263,00%
Combustibles
18,10%
7,60%
18,90%

En este marco se comprende también la decisión estratégica de recuperar YPF. En efecto, las importaciones de combustibles venían creciendo de forma sostenida hasta el año 2011, a costa de una baja neta en los volúmenes producidos localmente. Esta situación estaba generando una fuerte erosión del superávit comercial en la balanza de pagos, por lo que terminaría, en el corto plazo, agravando el problema de la “restricción externa”.

A pesar de esta situación, desde la implementación del modelo económico kirchnerista, hemos logrado un saldo positivo de balanza de pagos como nunca antes en la historia.
(2003 - 2011)
Saldo de la balanza de pagos (Exportaciones - Importaciones)
52.334 millones USD


Efectivamente, el problema no es que las exportaciones no aumenten, o que tengamos saldo negativo. Sino la mayor dificultad consiste en que, por motivo de tener un gran crecimiento económico, la industria argentina está requiriendo cada vez más importaciones para continuar su expansión.

Por este motivo, hay que señalar también que, si bien el aumento de las exportaciones de origen industrial es el principal camino para lograr superar de forma definitiva la restricción externa, la propia expansión de la industria requiere, de forma creciente, la importación de insumos y de bienes de capital. Por lo que, la propia industrialización, en algún punto, agrava también la falta de dólares. En este sentido, no puede darse una política aislada de fomento de las exportaciones industriales, sino se da, en conjunto un plan de sustitución de importaciones focalizado en los insumos, bienes intermedios y de capital, que el propio proceso industrializador requiere.

Importaciones según rubro
2004 - 2011
Promedio Crecimiento
Acumulado Crecimiento
Bienes de capital
34,1
238,4
Bienes intermedios
22,8
159,5
Combustibles
58,0
406,1
Piezas y accesorios para bienes de capital
33,1
231,9
Bienes de consumo
25,6
179,1
Vehículos automotores de pasajeros
48,6
340,2

Fuente: INDEC
Como puede verse, el incremento en las importaciones lo lideran los combustibles, bienes de capital y las piezas y accesorios para bienes de capital, demostrando que es el propio proceso industrializador el que está requiriendo crecientemente de dólares para financiar su expansión.
¿Qué ocurrió con la “restricción externa” durante la década del ’90?
Suele afirmarse que durante los 90’s, había “más libertad económica”, debido a que no existían restricciones sobre la compra de dólares. Esto esconde una falacia fundamental. El dólar, en una economía como la Argentina, no es un bien más. Como se demostró anteriormente, los dólares son necesarios para financiar el proceso de expansión económica, por lo que su utilización para atesoramiento (o “ahorro del colchón”), constituye un camino por el cual se materializa la fuga de divisas necesarias para la propia expansión. Durante los 90’s, precisamente no existían restricciones sobre la compra de dólares para “atesoramiento”, debido a que el contínuo déficit de cuenta corriente (importabamos mucho más de lo que exportabamos) era financiado con deuda externa. El problema de esto es que, se ponía en jaque la sustentabilidad a mediano plazo de este tipo de esquemas. Como quedó demostrado en la práctica, con una deuda crecientemente impagable, y al mismo tiempo, con un fuerte proceso de desindustrialización fruto del levantamiento de todas las barreras de protección para la producción local (principalmente el tipo de cambio alto), el esquema macroeconómico implementado no demoró en estallar.
Se obtuvo “libertad económica” por poco tiempo, a costa de aumentar el desempleo (producto de la desindustrialización) y de endeudar a niveles insostenibles al Estado nacional. El problema de la restricción externa no desapareció, pero fue tapado con endeudamiento y venta del patrimonio público.
Esta situación puede ilustrarse con el hecho de que, previo al punto final de la crisis de la Convertibilidad, fue la propia presión sobre la demanda de dólares lo que obligó al Gobierno a dar por finalizada la paridad cambiaria:
“A principios de diciembre, la persistente caída de depósitos llevó al Gobierno a bloquearlos. Personas físicas y jurídicas podrían retirar solamente 1.000 dólares por mes, ampliando la desconfianza en el sistema bancario y desencadenando una restricción de la liquidez sin precedentes. En un clima de creciente incredulidad frente a la moneda nacional y al sistema financiero, los inversionistas trataron de anticiparse a una eventual devaluación buscando refugio en el dólar. La acelerada pérdida de reservas tornó imposible sostener la convertibilidad. Finalmente, el Gobierno declaró la moratoria de la deuda pública, devaluó el peso (1 dólar / 1,40 pesos) y, enseguida, se adoptó una tasa de cambio fluctuante.”[2]
Durante los 90’s la falta de dólares se financió con endeudamiento externo
Fuente: Museo de la deuda externa
Hoy en día enfrentamos similares problemas que los que existían durante la etapa de la llamada “Industrialización por sustitución de importaciones”. La diferencia fundamental radica en que, si en aquella etapa cada vez que aparecía el problema de la balanza de pagos, se tomaba la decisión de devaluar y depreciar el salario (aumentando la conflictividad social fruto de la inflación disparada y el congelamiento salarial), hoy existe voluntad política de no devaluar y de sostener el salario. Hemos logrado identificar que la solución definitiva al problema de la restricción externa consiste en combinar doblemente la protección de la producción local y el fomento de las exportaciones industriales, con un fuerte estímulo a la sustitución de bienes intermedios, de capital e insumos.



[1]
http://www.econlink.com.ar/definicion/elasticidadingreso.shtml
[2] Marcos Antonio Macedo Cintra y Maryse Farhi, “Contradicciones y límites del Plan de Convertibilidad”.

miércoles, 23 de mayo de 2012

¿Qué es eso de la estanflación?



Una definición comunmente utilizada de estanflación es aquella que la define como situación que se crea cuando tienen lugar simultáneamente una recesión (con acompañamiento de alto desempleo) e inflación.

Fue un término creado por el Ministro de Finanzas del Reino Unido Ian McLeod, en el año 1965, al comunicar que Inglaterra se encontraba en un escenario que combinaba "lo peor de dos situaciones", inflación y estancamiento.

Convencionalmente, se considera que un país entra en recesión cuando el Producto Bruto Interno cae por dos trimestres consecutivos. Si ese proceso llega acompañado por una alta inflación, entonces puede darse la situación de "estanflación".

¿Se encuentra la Argentina actualmente en recesión?

La respuesta es contundente: de ninguna manera. Ateniendose a la definición dada anteriormente, comprobamos que el Producto de Argentina no ha caído durante los dos últimos trimestres.


Fuente: CIFRA – CTA – Informe de Coyuntura Nº 9[1]

En el cuarto trimestre de 2011 se observó una tasa de crecimiento interanual del 7,3% cuando dicha tasa había sido de 9,3% en el trimestre inmediatamente anterior. Si bien hubo una desaceleración en el ritmo de crecimiento, cabe destacar que las tasas de crecimiento económico continúan ubicándose en valores muy significativos.

Si nos atenemos a las "recomendaciones" de los economistas liberales, este problema puede agravarse, ya que según esta concepción ortodoxa o neoliberal de la economía, “la inflación es siempre y en todos los casos un fenómeno monetario”.


Precisamente, según esta forma de entender la economía, las políticas monetarias y fiscales que suelen utilizarse para dinamizar (o hacer crecer) una economía recesiva empeoran el componente inflacionario de la estanflación, ya que conciben que todo aumento del gasto público se traslada automáticamente a los precios y al mismo tiempo, por considerar a la inflación como un fenómeno monetario, se utilizan políticas monetarias restrictivas que, en todos los casos, tienden a profundizar y ampliar la situación económica recesiva. De esta forma, recomiendan "ajuste y austeridad", que en todos los casos y ejemplos históricos, como resultado ha empeorado la situación de crisis en los países donde estas recetas se aplican.

La cobertura mediática

Varias noticias publicadas durante esta semana  y la anterior, han intentado comenzar a instalar la idea de que Argentina estaría entrando en un proceso de “estanflación”.

Un ilustrativo ejemplo lo da el diario “El liberal”:

“Pero lo peor del caso es que no ya los economistas liberales, sino los propios ex técnicos kirchneristas, de prestigio, que ocuparon importantes cargos ministeriales, como Roberto Lavagna, Alfonso Prat Gay y Martín Redrado, entre otros, pronostican que a fin de año entraremos no ya en una desaceleración de la economía sino en una verdadera estanflación que es el combo más perverso, pues es una combinación entre recesión y la inflación.”[2]

El contexto internacional explica el fenómeno

Contrariamente a lo que se intenta instalar desde la prensa hegemónica, no es la política económica argentina (que demostró ser efectiva en tiempos de la anterior crisis internacional de 2008 para recuperar el crecimiento económico), sino el contexto internacional quien está explicando la actual doble dinámica de “aceleración de precios de commodities” y “desaceleración económica”.

El aumento de los precios de las materias primas y la desaceleración de la actividad no son fenómenos exclusivos de la Argentina, y esto es lo que la prensa oculta.

El punto central es que a partir de la instalación de la idea de que esta doble dinámica se debe a un error de política económica nacional, buscan cambiar el rumbo de la misma, de acuerdo a los intereses favorables hacia el mercado financiero (contracción monetaria).

Actualmente el país se encuentra en un escenario de crisis mundial. Este escenario de crisis presenta dos situaciones de alta complejidad

1)      Caída en los niveles de actividad de los principales socios comerciales

Para graficar esta situación sirve un informe publicado en Marzo por Fundación Mediterránea, un “think tank” que no puede ser acusado de “kirchnerista” precisamente. En su informe de Marzo, destacan lo siguiente:

El PIB de los cinco principales socios comerciales de la Argentina se desacelera
Ponderado por la participación en el comercio con Argentina, el PIB promedio de Brasil, UE, China, Chile y USA está pasando de 5,7% en 2010 a 3,8% en 2011 y apunta a 3,5% en 2012 Este fenómeno todavía no se expresa en las importaciones totales de este conjunto, que en Abril - Julio aumentan a un ritmo interanual de 25,5% Sin embargo, considerando la elasticidad importaciones-PIB de 2003 /07, puede esperarse que las importaciones de los principales socios de Argentina pasen a un andarivel de 13,9% interanual para 2012.[3]

Como ya se mencionó, la crisis internacional está afectando especialmente a varios países de la Comunidad Europea, pero se espera que en 2012, debido al impacto y la transmisión de esta crisis, el crecimiento económico en la región de América Latina sea inferior al de 2011.

Particularmente Brasil, el socio comercial más importante del país está mostrando signos de desaceleración pronunciada de su crecimiento económico desde finales de 2010. Dentro del conjunto de la economía brasilera, la industria es el principal afectado.

·         La industria es el principal afectado de la caída en la actividad económica del Brasil y al mismo tiempo, es el sector que más compra de la Argentina.

El impacto de la crisis en Brasil
Crecimiento Económico Brasil 2010
Crecimiento Económico Brasil 2011
7,5 %
2,7 %


Fuente: CIFRA – CTA – Informe de Coyuntura Nº 9[4]

2)      Aumento del precio de los commodities

Si la inflación no es un fenómeno monetario, entonces una contracción en la base monetaria no resolvería el problema del aumento de precios. Por el contrario sólo lograría desacelerar aún más el crecimiento económico.

Una nota publicada en el cronista comercial da cuenta de esta situación:

El alto precio de los commodities agrícolas aumenta el temor por una crisis alimentaria global.
Expertos matizan con que el costo del trigo y el arroz, principal alimento para millones de personas sigue estable, principalmente por buenas cosechas en los últimos años. Como si los altos precios del petróleo no fueran una preocupación suficiente, ahora hay que enfrentar otro riesgo: una repetición del pico que se produjo en los precios de los alimentos en el período 2007/08. El costo de commodities como la soja, el maíz y la canola trepó debido al factor climático. Además, la fuerte demanda de China contribuyó a tensar la oferta y crear temores de inflación.[5]


Como conclusión y solución a este (potencialmente) grave problema, una propuesta coherente dentro del proyecto económico nacional es aumentar los mecanismos de "desacople" de los precios internacionales de los internos (como las retenciones a las exportaciones), y al mismo tiempo, el aumento de la inversión pública contracíclica (como la Asignación Universal, el desarrollo de más y mejor infraestructura, etc), acciones que el Gobierno Nacional viene realizando desde 2003 en adelante.